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PESADILLA ANTES DEL JUICIO


Hoy he vuelto a soñar con una de las VERDUGOS, la que ejercía de mi JEFA DIRECTA. Fue un PESADILLA muy real. Podía verla y sentirla como si estuviese a mi lado. Apareció de la nada en un sueño que, hasta entonces, estaba siendo bonito y placentero, mezclada entre la gente. Pude sentir su tono inconfundible de voz cuando “regaña” o, mejor dicho, “CONFRONTA” porque considera que estás haciendo algo mal. Este tono de voz que JUZGA y REPROCHA con una sola frase, que te hace sentir “PEQUEÑA” y “TONTA” por no hacer las cosas a SU manera o no darle la misma importancia que ella.


No logro recordar las palabras, por mucho que me esfuerzo en pensarlo, pero esas palabras y su particular tono de voz, se me meten en la cabeza con mucha intensidad y se conectan con mis miedos e inseguridades, activándolos. Rápidamente aparece el sentimiento de CULPABILIDAD y el pensamiento de NO LO ESTOY HACIENDO BIEN, esto que tantas veces me hizo bajar la cabeza para actuar de forma sumisa, la mayoría de las veces automáticamente, dejando a un lado mi instinto.


En esta ocasión, no reaccioné de esta manera, me sentía segura de lo que estaba haciendo, y ME DEFENDÍ. Le expliqué lo que estaba haciendo y por qué lo estaba haciendo, y seguí haciéndolo hasta que terminé, pese a su expresión de DESAPROBACIÓN. Sé que su interpretación es: “Me estás faltando al respeto al contestarme y no hacerlo a mí manera”, por lo que “mis actos tendrán consecuencias”, porque lo hablaría con la VERDUGO mayor y terminarían “castigándome” de alguna manera. Esto era lo que pasaba desde hace algunos años.


Lastimosamente ese tono de voz y esas palabras son muy conocidas para mí, yo también las usaba, sin ser consciente del efecto que tenían en las demás personas. Es lo que me enseñaron en la EMPRESA, y yo he sido una “buena alumna”. Hasta el momento en que finalmente lo entendí, me da vergüenza reconocer que me ha costado varios años darme cuenta de que NO ESTABA BIEN, de que JUZGAR, REPROCHAR Y HACER SENTIR MAL a las personas NO ES CONFRONTAR, como herramienta terapéutica. Pero el AMBIENTE TÓXICO no se limpia solo porque haya tomado consciencia, hace falta un trabajo en EQUIPO, y en profundidad. Tristemente la influencia de la VERDUGO es tan POTENTE que nadie se atreve a hacer cambios reales, y se vuelven VERDUGOS, SECUACES y MARIONETAS, yo lo fui.

Volviendo al sueño, a pesar de estar orgullosa por mi reacción, por no ceder ante la presión, y lograr darle explicaciones coherentes, tengo que confesar que sentía miedo, ansiedad y culpa. Recuerdo estar temblando y con el corazón a mil. En la vida real, estas reacciones emocionales y físicas las mantenía durante horas. Me sentía desequilibrada emocionalmente durante el resto de la jornada laboral, y me afectaba incluso en mi casa.


Menos mal que me desperté al poco tiempo, abrí un poco los ojos y pude ver a una hermosa criaturita que invadía mi cama, sentí sus pequeñas manos rozando mi pecho, y sus piesecitos fríos rozando mis piernas. Me moví un poco y pude sentir como mi marido me abrazaba más fuerte para que “no me escapara”, o eso me dice siempre. Muchas veces eso me enfada, pero esta vez pude sentir su amor y ternura, así que me pegué más a él para disfrutarlo. Y así fui consciente, una vez más, de lo feliz y afortunada que soy actualmente, y esa es la sensación que me ha invadido durante todo el día.


Cuando recuerdo muchas cosas de mi experiencia laboral, el ambiente tóxico, el mal uso de la CONFRONTACIÓN, las VERDUGOS y LA CONSPIRACIÓN, sigo conectando con las diversas emociones que he sentido, pero cada vez con menos intensidad, y lo que me parece más importante, que ya no me invaden durante el resto del día. Sé que esta “lucha” no ha terminado, tenemos un juicio pendiente dentro de poco, pero mis heridas van sanando, y eso me hace más fuerte para afrontar ese juicio.

¡¡GRACIAS POR LEERME!!

 

Identificar las heridas y sanarlas, nos hace más fuertes. Profundizar en nuestra historia, reconocer nuestras "luces" y nuestras "sombras", nos ayuda a aceptarnos y perdonarnos, y a la vez, nos motiva a modificar comportamientos en nuestro presente. El proceso no es corto, no voy a mentirles, tampoco es fácil. Lo más complicado y doloroso para mí ha sido darme cuenta que yo también he hecho daño, no ha sido intencional, pero las heridas son reales. Es necesario reconocerlo, para aceptarlo y perdonarnos.


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