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A MAYOR CARGA MENTAL, MENOR ESTÁ MI LIBIDO

En este punto estoy ahora: con la libido por los suelos. ¡¡Siento que hasta esto me han quitado!! Ahora que lo escribo, suena muy victimista por mi parte, ya lo sé, pero desde que "conspiraron" contra mí, mi libido ha desaparecido. A ver, no quiero engañar a nadie, así que me explicaré mejor: tengo una hija de 2 años y medio, no tenemos quien nos ayude a cuidarla así que está con nosotros las 24 horas, todavía no duermo una noche entera y sigo dándole pecho. ¿Me siguen? Mi vida sexual no era para "tirar cohetes", la mayor parte del tiempo estaba extremadamente cansada que me quedaba dormida cada vez que intentaba dormir a la peque. Pero seguía teniendo deseo sexual, hasta que me lanzaron una bomba que me rompió en pedazos y se llevó consigo mi libido.


¿Creen que estoy exagerando? Yo también lo pensé, pero lo consulté con mi médico y después de recetarme ansiolíticos, por cómo me está afectando la situación en la que estoy, me recordó que mi cuerpo está ante un estrés muy fuerte y "guarda energía" para lo realmente importante; es decir, mi cuerpo prioriza, y el sexo no está incluido. ¿Qué les parece?


Esto que parece bastante lógico, en vez de tranquilizarme, aumentó mi malestar, y cada vez que lo pienso, más rabia me da verme así tan afectada porque "mi verdugo" quiso ahorrarse dinero e inventó "la conspiración" para despedirme sin pagarme mi antigüedad.


Obviamente ella no es responsable de cómo gestiono mis emociones, pero tras casi 10 años de hacer mucho trabajo personal juntas, sabe perfectamente cómo soy y cómo me rompería al acusarme de estas mentiras. De esto tomé conciencia en mi última sesión terapéutica... ¿Interesante verdad?


En fin, que me voy del tema, hoy quería hablar de cómo mi "carga mental" es inversamente proporcional a mi libido. Me explicaré mejor...

Hace poco leí un artículo muy bueno que explicaba muy bien este término de CARGA MENTAL, y lo definía como la función de organización, programación y decisión que asumen las mujeres en la pareja, especialmente relacionadas con el entorno doméstico, y que se multiplica con la llegada de los bebés. En otras palabras, se trata del esfuerzo mental para analizar la información, sopesar pros y contras, tomar decisiones y realizar las tareas para conseguir el objetivo. Este esfuerzo no es físico y se hace de manera consciente.



Aquí un ejemplo para entenderlo mejor:   


Me dice mi pareja que mañana debemos salir de casa a las 9h para llegar a tiempo. Que él se despertará a las 8:30h porque sólo tiene que ducharse y afeitarse. En ese momento mi cabeza comienza a planificar todo lo que tengo que hacer para estar lista a las 9h: lograr levantarme sin despertar a la peque, ducharme y arreglarme, preparar la mochila de la peque (con varias mudas de ropa porque últimamente se marea y vomita en el coche) , llevar una bolsa para que vomite, coger algo para que desayune y para que meriende. Elegir algunos juguetes para que se entretenga, despertarla, darle "tetita", convencerla para ducharse, esperar que elija su ropa (nunca se pone lo que yo quiero), y que se vista rápido, sin querer jugar antes. Terminar de arreglarme, buscar a la Minnie que le toque pasear, coger una mascarilla... Y por lo general me voy sin desayunar. ¿A qué hora me tengo que despertar yo? Sobre las 7h, y seguramente salgamos más tarde.


¿Identifican ya la carga mental? Todo este proceso de organización y planificación constante requiere mucha energía.


Lo ideal para mí sería repartir las responsabilidades entre ambos, que cada uno se encargará de organizar, planificar y ejecutar sus tareas. En mi caso, tenemos repartidas algunas tareas de la casa, pero la mayoría de las veces tengo que decirle qué cosas hacer, repartir lo que va surgiendo. Y eso, aumenta más la carga mental. El ver que las tareas se acumulan, que no tenemos ropa interior limpia, que los platos siguen sucios desde ayer y que hay juguetes por toda la casa, me satura. Con todo esto en la cabeza, ¿no les parece normal que esté cansadísima?


Y cuando estoy así de saturada, me es imposible sacar energía para tener relaciones sexuales. A mí me parece lógico y entendible, pero... ¿Soy yo la única que se siente mal por esto? Me he sorprendido sintiéndome culpable por no tener energía para estar con mi pareja, para divertirnos, para hacer el amor. Confieso que me he sentido mala esposa, y que me da miedo que esto nos vaya distanciando cada vez más.


En estos momentos es cuando más lo necesito conmigo, pero es cuando más separados estamos, con más interferencias. Una conversación seria para compartir y abrirnos, implica trasnocharnos y me quita horas de sueño, ¿la alternativa? Muchas veces hablar rápidamente, resumir lo que queremos decir (lo que trae malos entendidos) o dividirla en varios momentos... tardar varios días en hablar de un tema importante!!


Desde que tuve a la peque, entendí perfectamente cómo va cambiando la relación de pareja, y me da miedo que nos "acomodemos" a esta situación, y nos vayamos distanciando. No quiero un compañero de piso o un amigo con quien me acuesto, quiero a mi marido, a mi esposo, mi compañero de vida y mi amante. Entiendo que tenemos nuevos roles y el reto está en adaptarnos a estos cambios, sin perder nuestra esencia de pareja.


¿Qué necesitamos? Comunicarnos más y mejor, disfrutar de los pequeños momentos solos, hacer alguna actividad juntos, repartirnos las responsabilidades, organizarnos mejor, reírnos mucho, más abrazos, más besos, pequeños detalles románticos, más tolerancia a los fallos y al ritmo del otro, jugar más... seguro se me escapan muchas cosas a esta lista, ¿Qué añadirías?


Tengo la sensación de que no se habla mucho de estos cambios en la pareja, y de cómo nos sentimos cada uno. ¿No les parece? Si tú también sientes la carga mental y te está afectando como a mí, te animo a que lo hables con tu pareja, y si aún así, no logran resolverlo, saquen una cita, estaré encantada de acompañarlos en el proceso.




¡¡¡TAMBIÉN HACEMOS SESIONES VIRTUALES!!!



 
 
 

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